SAN JUAN– El Ombudsman de Puerto Rico, Edwin García Feliciano, insistió en que la observación de la Semana Santa, debe motivar a cada puertorriqueño a la más sincera introspección para aunar voluntades contra los males sociales que atentan contra la sana convivencia y el desarrollo de Puerto Rico.
García Feliciano destacó que, aún ante el colapso del sistema energético que afectó a toda la Isla, la familia no descartó asistir a sus actividades religiosas, sin importar compartir en total oscuridad, su fe, espiritualidad y su fervor cristiano.
“Vemos que nada amilana a un pueblo resiliente, que mantiene en su conciencia, su perseverancia y anhelo de un mejor futuro. Por ello, considero que la solemnidad de la Semana Mayor, es el mejor momento para sopesar el rumbo que debemos enfilar como sociedad, rechazando los altos niveles de violencia, especialmente dentro del seno familiar, contra la mujer y contra los adultos mayores”, expresó García Feliciano.
De igual manera, el Procurador del Ciudadano recordó que la ocasión es propicia para fortalecer la empatía y el apoyo hacia el prójimo, eliminando la dejadez e indiferencia, de la vida colectiva de nuestra gente.
“La desigualdad social y las necesidades de las personas sintecho, son otro aspecto cotidiano que muchas veces pasa inadvertido a nuestras miradas. Hoy debe tocar a nuestros corazones con mayor énfasis, apoyado en el llamamiento del Evangelio, de tender la mano al prójimo y al desvalido”, comentó.
Aseveró García Feliciano que, gracias a las profundas raíces, valores morales y tradiciones cristianas que fundamentan nuestra sociedad, la familia puertorriqueña sigue adelante construyendo un mejor mañana.
No obstante, el exalcalde de Camuy reclamó que ese esfuerzo, sea para edificar una sociedad mucho más pujante y progresista que encuentre en la convivencia y el mutuo respeto, el vehículo que devuelva la paz y el sosiego a nuestras comunidades.
“Mi llamado es a encontrar en la reflexión sobre el verdadero significado de la Semana Santa, las alternativas para erradicar los males sociales que propician desunión, desigualdad y violencia. Es una tarea que tenemos que acometer todos los días, con igual vocación y caridad cristiana”, afirmó.
En esa línea de pensamiento, insistió a no utilizar las crisis solo para levantar el dedo acusador, cuando hay espacio para la acción constructiva y, con respeto a los demás.
“La violencia verbal no debe ser el recurso primario para criticar aquello que nos parece equivocado. El amor de Dios no puede estar ajeno de nuestra vida y solo acudir a él, cuando nos convenga”, enfatizó el Procurador.
Dijo el funcionario que las acciones personales de cada cual deben estar en sintonía con la valoración del ejemplo positivo que debemos brindar – en público y en privado-, para moldear el carácter de la juventud que padece la ausencia de mentores que les brinden de su experiencia y consejo.
Agregó el ombudsman García Feliciano que Puerto Rico necesita más que nunca, afianzar el desarrollo de la juventud hacia metas claras de positiva superación, respeto a las instituciones sociales y alejada de los vicios que corrompen sus oportunidades de futuro.