“Es vergonzoso que en pleno Siglo 21, existan hombres, en este caso un servidor público, que se sientan en el derecho de opinar y/o decidir sobre las libertades personales y profesionales de las mujeres. Esto es el claro ejemplo de una conducta que tanto hemos denunciado en nuestra oficina, denominada como “micromachismo”, que son acciones o expresiones que parecen inofensivas, pero que en realidad transmiten una imagen de inferioridad, sumisión o exclusión de las mujeres.
¡Está bueno ya! Las mujeres estamos cansadas de seguir escuchando estas opiniones innecesarias. Es hora de que nuestras figuras de poder se eduquen, reconozcan y cambien esa mentalidad machista que en nada abona a la calidad de vida en Puerto Rico. Mientras tanto en la OPM seguimos intensificando nuestro rol de educar desde la temprana edad y promoviendo el que las mujeres se empoderen y reconozcan cuando están en una situación de discrimen o violencia”.