Presidente de la UPR dice que le toma por sorpresa la decisión de pedirle la renuncia

 

Durante los pasados tres años, a pesar de las reducciones presupuestarias, llevamos a la Universidad de Puerto Rico al cumplimiento, iniciamos la transformación académica y administrativa, logramos renovar y mantener la acreditación de la Middle States Commission on Higher Education (MSCHE), entregar a tiempo los estados financieros auditados e identificamos ayudas económicas adicionales para mitigar el impacto de las medidas impuestas por la Junta de Supervisión Fiscal en nuestra comunidad estudiantil.

Asumimos la responsabilidad, pese a los desafíos económicos, sin despedir empleados ni cerrar recintos, generando eficiencias y ahorros, allegando nuevos fondos externos y transformando procesos y reglamentos obsoletos para brindarle mayor agilidad a la Universidad, el proyecto de movilidad social más importante en nuestra isla.

Por primera vez en su historia, la UPR comenzó a ofrecer programas completamente en línea y la agencia acreditadora MSCHE otorgó la autorización a todos los recintos para el ofrecimiento de clases en la modalidad a distancia.

Rediseñamos y reforzamos los procesos de acreditación y avalúo para apoyar a los recintos en sus responsabilidades en torno a las acreditaciones de sus programas académicos. Confirmamos que el sistema universitario está en cumplimiento.

Iniciamos la revisión del plan de clasificación del personal no docente para actualizar las escalas de compensación y hacerle justicia a los empleados. Además, autorizamos la contratación de docentes en el sistema universitario.

Como resultado de la ejecución y el cumplimiento, he obtenido evaluaciones sobresalientes por parte de la Junta de Gobierno de la institución.

Admito que me toma por sorpresa la decisión, debido a los resultados obtenidos y a que mi contratación tiene una vigencia de 5 años.

Responsablemente y pensando siempre en la universidad primero, me preocupa la dilación que provocará en el proceso de transformación institucional y la posible pérdida de fondos federales o el atraso que provocaría en la distribución a los estudiantes y a los recintos. Como es de conocimiento público, fui designado monitor de los fondos por el Departamento de Educación de Estados Unidos, lo cual agilizó la entrega de las ayudas económicas a los estudiantes y la utilización de más de $400 millones otorgados a la UPR. Mi designación evitó que se tuviera que nombrar un ente externo a la universidad como se ha requerido a otras entidades.

Siempre estaré orgulloso y honrado de haber tenido la oportunidad de servir a mi alma mater con honradez y rectitud, sin ceder a presiones de ninguna índole y dando a respetar su gobernanza.

Exhorto a toda la ciudadanía a continuar apoyando y defendiendo la Universidad de Puerto Rico. Invertir en la Universidad de Puerto Rico es invertir en el futuro de todos y el desarrollo socioeconómico de nuestra amada isla.

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