Mensaje del Presidente del Senado de Puerto Rico Thomas Rivera Schatz

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Sesión Inaugural de la Vigésima Asamblea Legislativa

Resulta imperioso, comenzar agradeciéndole a Dios, todo lo que me ha permitido lograr. Con el camino seguro y sin preocupaciones. A mi familia, mi papa, mi mama, mis hermanas, sobrinos y todos los que hoy me acompañan, gracias por el apoyo, la paciencia y la comprensión que me han brindado siempre. A mi hija Amanda Valeria y a mi hijo Thomas Aaron, mis más valiosas bendiciones gracias, por motivar los mejores deseos en mi corazón.  Al sector creyente, conservador y religioso, a los trabajadores, al liderato sindical, a las mujeres, a los jóvenes, a los empresarios, comerciantes y sectores

productivos, a mis amigos, a mi glorioso y gigante Partido Nuevo Progresista, a todos los electores que me respaldaron con su voto y especialmente a mi equipo de trabajo, gracias.

¡Lo logramos!, ¡Como tiene que ser!

Muchos años de lucha, sacrificio, trabajo y dedicación que valieron la pena, me traen por tercera ocasión a Presidir el Senado de Puerto Rico. A mis compañeros senadores gracias por su confianza y el honor que me confieren. Amis adversarios y detractores les digo, que luego de ser objeto de otra campaña más de insinuaciones infundadas, difamación, llamados a la muerte y de todas las artimañas bajunas a las que recurrieron, pues, mi equipo, el pueblo y yo, los derrotamos por quinta ocasión consecutiva. Aquí estamos, más fuertes que nunca, mirando hacia el futuro con fe, esperanza, alegría, contentos con esta grandiosa victoria y de todas las que vendrán más adelante.

Nuestro pueblo con su voto rechazó la hipocresía de algunos que se hacen llamar patriotas, pero destruyen y denigran a Puerto Rico; dejó claro que resulta inoficioso pretender ocultarles la verdad. Los puertorriqueños somos juiciosos. La mentira nunca logrará camuflaje capaz, coloreándose con perfecto maquillaje, utilizando un magnífico disfraz o recurriendo a frases huecas.

 Esta patria es nuestra.

Lo falso jamás evoluciona para bien ni se transformará en genuino, siempre estará condenado a ser descubierto y desplazado por lo veraz. Esa es una misión de este senado, condenar lo falso y desplazarlo por lo genuino.

Tuvimos unas elecciones libres, democráticas y justas. Espero y confío que nuestros hermanos de Venezuela, Cuba y Nicaragua puedan despojarse de las dictaduras que los abusan y disfruten del modelo americano de gobierno, por el pueblo y para el pueblo.

Invitamos a nuestra juventud a insertarse, a participar, a decir presente en los procesos políticos, sociales y gubernamentales. Sus aportaciones son cardinales. Las virtudes como la humildad, el respeto, el deseo de servirle bien al prójimo no son generacionales, de temporada ni están sujetas a la moda. Esas no cambian con el tiempo. La innovación, lo moderno, lo juvenil no riñe con la moral, la fe ni la religión, tampoco con el libre albedrío. Abriremos espacios amplios para que nuestros jóvenes contribuyan con sus valiosas aportaciones.

De igual forma, nuestros adultos mayores constituyen un pilar fundamental para nosotros. Sus consejos son bienvenidos y muy apreciados. Concentraremos nuestra mirada y esfuerzo en su bienestar. En ocasiones, las circunstancias de su propia vida se tornan injustamente contra ellos.  El abandono u olvido en hospitales, hospicios o en sus propias casas tiene que cesar. La intolerancia por su caminar o actuar lento debemos erradicarla. ¡Tenemos que defender y amar a nuestros viejos!  Es que lo merecen y es nuestro deber como gobierno y cristianos.

A mis compañeros senadores; comenzamos un recorrido intenso. Pedimos el voto, para servirle a Puerto Rico. Les aseguro que no existe suma de dinero, bienes, joyas, propiedad o negocio que pueda pagar lo que la dignidad vale. Protejan su dignidad contra todo enemigo. El cargo que ocupamos es para servir con decencia, honestidad y ética. El honor no nace de títulos, capital, cargos, condecoraciones o premios. La honra, los valores y los principios florecen de forma espontánea en corazones y mentes fértiles; crecen donde se sembró buena semilla, se reflejan en el obrar de la gente honesta y los justos. Esa es nuestra meta y compromiso.

Que nada nos desvié.

Para reconocer la bondad no se requiere referencia; credencial, promoción o anuncio. La conciencia y el intelecto, desde el principio de los tiempos, nos permiten reconocer y distinguir lo bueno de lo malo, sin dificultad alguna. El mayor error de los mentirosos, los hipócritas y los manipuladores es precisamente subestimar la conciencia y el intelecto de la gente genuinamente buena porque después de todo, como decía un verdadero patriota puertorriqueño, Luis Ferré…

“¡La razón no grita, convence!”

Mi trabajo legislativo responde a las inquietudes y reclamos que escuché en mi recorrido por Puerto Rico. Cumpliendo nuestra palabra fielmente con eso, mis primeros 100 proyectos de ley y resoluciones ya están encaminados. Este Senado, con la ayuda de Dios, escuchará, responderá y actuará. El triunfo contundente obtenido, el mandato del voto para procurar la admisión de Puerto Rico como estado de la unión, gobernar, legislar y servir nos obliga a dejar atrás toda controversia fútil o rencor. Nos impone el deber de procurar armonía, trabajar para todos, servir con pasión y deseo de cumplir con todos los sectores de nuestra población. Lospuertorriqueños queremos y merecemos paz, tranquilidad, respeto y espacio para todos, aunque existan diferencias de ideas entre nosotros. Podemos lograrla y lo haremos. Nos toca decidir por cual vía será.

No pretendemos quitarle nada a nadie, tampoco cederemos o entregaremos lo nuestro.

Defenderemos, nuestros principios, valores, a la familia puertorriqueña, a nuestros niños y no permitiremos que nadie atente contra ellos. Cumpliremos con nuestro programa de gobierno y arreciaremos en el esfuerzo de convertir a Puerto Rico en un estado de la unión.  A nuestra Gobernadora, Jennifer González Colón, al Comisionado Residente, Pablo José Hernández, al presidente de la Cámara, Carlos Johnny Méndez, a los miembros del cuerpo hermano y a los alcaldes, mis felicitaciones por su triunfo, mi compromiso de trabajar por lo que nuestro pueblo ordenó con su voto, principios, valores, estadidad y buen gobierno.

¡Ya comenzamos!

A eso nos comprometemos. Con ese objetivo estoy aquí para servirle a nuestra nación, los Estados Unidos de América y a Puerto Rico que es la patria nuestra.