Luego de que un grupo de manifestantes comenzaron a lanzar gases, destornilladores, adoquines, botellas de cristal, huevos podridos y cacerolas, entre otros objetos a los agentes, la Policía de Puerto Rico activó un plan de desalojo.
A uno de los manifestantes, que fue arrestado, se le ocupó una pala.
Una vez, los manifestantes comenzaron a lanzar objetos tipo proyectiles contra los oficiales, la Policía les anunció las advertencias correspondientes en múltiples ocasiones. Al estos no responder al llamado de los agentes y continuar lanzando objetos que ponían en riesgo la seguridad de todos los presentes, tanto manifestantes como agentes, la Uniformada tomó la decisión de dispersar a la multitud.
“Los policías destacados a la manifestación son residentes de Puerto Rico y sienten y padecen como cualquier otra persona. Fueron allí a asegurar que todos tuvieran el derecho a manifestarse en un ambiente seguro, sin incidentes que lamentar. Las agresiones de esta noche contra mis policías son repudiables. Estas además, pudieron ocasionar daño a otros manifestantes”, señaló el comisionado de la Policía, Antonio López Figueroa.