Federales arrestan y acusan a 30 personas que mantenían organización criminal en San Juan, Trujillo Alto, Aibonito y Loíza (sonidos)

Un gran jurado federal en el Distrito de Puerto Rico emitió una acusación formal acusando a 30 pandilleros violentos de los municipios de San Juan, Trujillo Alto, Aibonito y Loíza de conspiración para poseer con intención de distribuir, posesión y distribución. de sustancias controladas y violaciones de armas de fuego, anunció W. Stephen Muldrow, Fiscal Federal para el Distrito de Puerto Rico. Esta investigación fue dirigida por la Administración de Control de Drogas (DEA) y el Negociado de la Policía de Puerto Rico (PRPB), San Juan Strike Force, con la colaboración del Negociado de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF), Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI ), el Servicio de Inspección Postal de los Estados Unidos (USPIS), el Servicio de Alguaciles de los Estados Unidos y la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).

Al arrestar y procesar a estos acusados, la Fiscalía Federal y sus socios encargados de hacer cumplir la ley están trabajando para defender el estado de derecho y llevar ante la justicia a los delincuentes violentos que aterrorizan a nuestras comunidades”, dijo el Fiscal Federal Muldrow. “El Departamento de Justicia está comprometido a desmantelar las organizaciones criminales violentas, responsabilizar a los pandilleros y buscar justicia para las víctimas”.

“Ante la adversidad, nuestra determinación se fortalece”, afirmó Denise Foster, agente especial a cargo de la División del Caribe de la DEA. “Juntos, con determinación inquebrantable y colaboración firme, desmantelaremos estas organizaciones de narcotráfico que amenazan a nuestras comunidades y empañan el tejido de nuestra sociedad. Nuestro compromiso con la justicia no conoce límites y perseguiremos implacablemente a los responsables de perpetuar la violencia y la adicción. Estamos unidos y decididos en nuestra misión de salvaguardar la seguridad y el bienestar de todos”.

 

Según el Director del FBI, la investigación reveló que durante la conspiración los acusados ​​y sus cómplices participaron en actos de violencia y tiroteos para asegurar sus operaciones de narcotráfico. Los acusados ​​y sus cómplices en ocasiones utilizaban chalecos antibalas para protegerse cuando participaban en actos de violencia y modificaban armas de fuego para convertirlas en armas automáticas (ametralladoras). Además, los acusados ​​y sus cómplices enviaban por correo piezas de armas de fuego o armas de fuego enteras desde los Estados Unidos continentales a otros miembros de la organización narcotraficante en Puerto Rico.

Los acusados ​​actuaron en diferentes roles para promover los objetivos de la conspiración de narcotráfico, incluidos líderes, proveedores, propietarios de puntos de venta de drogas, ejecutores, corredores, vendedores, vigías y facilitadores. Los acusados ​​se comunicaban mediante teléfonos móviles, a menudo a través de aplicaciones de mensajería y redes sociales (incluidos, entre otros, WhatsApp e Instagram). Los acusados ​​se promocionaron a sí mismos, a sus narcóticos, sus armas de fuego, su dinero y su organización de narcotráfico a través de las redes sociales. Estas comunicaciones en las redes sociales incluyeron discusiones sobre la venta de narcóticos y armas de fuego.


 

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