(San Juan, PR- 22 de marzo de 2023) La presentación de argumentaciones finales en el juicio por corrupción contra el exalcalde de Guaynabo, Ángel Pérez Otero, concluyó hoy al mediodía y, tras un receso de almuerzo, el jurado regresará a la sala de la jueza Aida Delgado para recibir instrucciones finales y comenzar a deliberar.
Pérez Otero enfrenta cargos por soborno, conspiración y extorsión y enfrenta, de ser convicto, una pena carcelaria de entre cuatro y siete años.
La fiscal Myriam Fernández machacó en el primer turno sobre cómo este caso no pone de frente a Pérez Otero y a Santamaría, sino que demuestra que colaboraron para cometer fraude y corrupción. En este caso, el pago de $15,000 en tres entregadas distintas a Pérez Otero para asegurar contratos entre el ayuntamiento y su empresa Island Builders.
La prueba recopilada solo alude a tres pagos por $15,000, pero en el juicio, Santamaría, quien se ha declarado culpable por sobornar a múltiples Alcaldes (Aguas Buenas, Cataño y Trujillo Alto), indicó que le pagó $5,000 mensuales a Pérez Otero por espacio de 14 meses. La colaboración de Santamaría con el FBI comenzó en mayo del 2021.
Fernández, según ha reportado la prensa que ha cubierto el caso, intentó refutar el argumento de la defensa en el sentido de que el contrato fue adjudicado por una Junta de Subastas y no por Pérez Otero. Intentó derribar esta teoría al señalar que Raúl Torres Gómez, exesposo de Liza Fernández, actual esposa del exalcalde, presidía este organismo adjudicativo.
Durante el juicio, la fiscalía presentó fotos de Fernández, Pérez Otero y Torres Gómez compartiendo.
Durante el juicio trascendió que, si bien la defensa argumentó que los pagos de Santamaría realmente eran donativos para saldar deudas de campaña de Pérez Otero, estos no fueron reportados en la Oficina del Contralor Electoral y tampoco ante el Departamento de Hacienda como ingresos de Pérez Otero.
Al dirigirse al jurado, el abogado de defensa Osvaldo Carlos Linares insistió en que el contrato -que con enmiendas alcanzó los $2 millones- a la empresa Island Builders se otorgó en buena lid y que la ley permite el trámite seleccionado para ser adjudicado, la vía administrativa o subasta informal. Trató, de otra parte, de debilitar la postura de la fiscalía, levantada en el juicio con el testimonio del exvicealcalde Eduardo Faría, en el sentido de que la empresa no entregó la totalidad de los documentos requeridos.
La fiscalía sostiene que los miembros de la Junta de Subastas respondían a Pérez Otero porque él los nombró.
Carlo señaló que el trámite de contratación se realizó durante la pandemia, que las agencias estaban cerradas y que, comoquiera, el contrato establecía una especie de ventana de 60 días para cumplir con certificaciones. El letrado subrayó que Santamaría tuvo que competir como cualquier otro contratista y que no desfiló prueba que apunte a que Pérez Otero le haya garantizado que el contrato sería suyo.
En cuanto al tema de los sobornos, insistió en que no hay evidencia sobre la entrega de uno de los tres que defiende la fiscalía y recordó que el agente el FBI, Miguel Rodríguez, llegó a señalar en el juicio que Santamaría le llegó a mencionar que estos pagos eran realmente donativos políticos de campaña. Tampoco desfiló prueba que corroborara que Pérez Otero dio instrucciones para que se beneficiara a Santamaría.
Carlo insistió en que Santamaría no sobornó a Pérez Otero y que los pagos realmente fueron donativos políticos.
«Creo que ellos hicieron su trabajo y nosotros hicimos el nuestro. Ahora le toca al jurado determinar”, dijo Carlos Linares al salir de sala. “Entiendo que fueron suficiente los argumentos para que el jurado tome una determinación a favor del cliente”.
“Estamos confiados de que el trabajo se hizo”, insistió.
Por su parte, Pérez Otero dijo estar satisfecho.
“Como dice a la entrada, confiamos en papito Dios y en la imparcialidad del jurado”, indicó. “En ningún momento escucharon a Oscar decir que él me ofrecía dinero”, agregó el exalcalde al indicar que cuando finalice el proceso podrá hablar más en detalle.
