San Juan – El Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) ordenó hoy el cese y desistimiento inmediato de las actividades en el condominio Sol y Playa, en la playa Los Almendros del municipio de Rincón, que ponen en riesgo de daño a especies en peligro de extinción como el carey y el tinglar.
El DRNA designó un área de protección de las tortugas donde estaría terminantemente prohibido cualquier actividad que las ponga en peligro. Es en esta zona donde aplicaría el cese y desistimiento determinado por el DRNA. La Orden fue enmendada para aclarar que el lugar de cese y desistimiento aplica a esta área de protección de tortugas y no a toda la zona recreativa, como algunos medios han informado erróneamente.
El perímetro de protección designado por la agencia ambiental abarca la zona que queda fuera del área a ser cerrada por el condominio. Ese predio se cerrará “colocando la verja metálica siguiendo la línea de las murallas de cemento actuales, las cuales delimitan el área recreativa del condominio, asegurándose de que no queden espacios abiertos que den acceso a las tortugas a dicha área recreativa.”, determinó el DRNA en su Orden.
Aunque la determinación de la agencia es separada de la controversia original sobre el deslinde de la zona marítimo terrestre (ZMT) que se lleva a cabo ante una oficial examinadora del DRNA, levantada por el ciudadano Juan G. Barea Fernández contra el Consejo de Titulares del condominio, el DRNA decidió acoger como una querella el asunto sobre el potencial impacto a especies en peligro de extinción traído por el Municipio de Rincón durante su intervención en la pasada vista administrativa.
“Hemos ordenado el cese y desistimiento inmediato de todas las actividades u obras en esta zona específica para evitar daños reales o potenciales al carey y al tinglar. Queremos evitar en la medida de lo posible que ocurra nuevamente un incidente con alguna tortuga marina que quiera entrar al área de construcción. La Orden provee los recursos necesarios para intervenir proactivamente en beneficio de estas especies mediante la serie de recomendaciones que estamos haciendo”, indicó el secretario de Recursos Naturales y Ambientales, Rafael A. Machargo, mediante comunicado de prensa.
El titular de las agencias ambientalistas reveló que la medida tomada tiene mucho mayor alcance protector de estas especies que el informe al respecto sometido por la oficial examinadora.
A tenor con el debido proceso de ley, el DRNA citó a la parte querellada a una vista administrativa el próximo 28 de julio a las 10:00am, en la Sala Héctor Russe, piso 4 de las oficinas centrales del DRNA, para que tenga la oportunidad de exponer las razones por las cuales, si alguna, la Orden de Cese y Desistimiento sea modificada o revocada y no deba ser puesta en vigor.
Según un estudio técnico del DRNA, existe un hábitat de anidación de tortugas marinas alterado e impactado por una verja metálica que reduce el hábitat disponible a más del 50 por ciento. En su Orden, la agencia ambiental exige, entre otras medidas, que dicha verja sea replegada siguiendo la línea de la muralla de cemento actual que delimita el área recreativa del condominio, y se asegure que no queden espacios abiertos que den acceso a las tortugas al área recreativa. Igualmente, se deberá eliminar cualquier obstáculo y amenaza directa sobre las tortugas marinas, como escombros de construcción y otros.
Entre otras órdenes, el DRNA obligó la contratación “de un biólogo con experiencia en el manejo de nidos y tortugas marinas durante esta temporada (hasta 31 diciembre 2021) para que identifique y asista en caso de algún anidamiento en el área, como medida adicional de protección a las especies.”
Machargo señaló en su Orden que, aunque son medidas cautelares necesarias, “una vez se resuelva el caso de impugnación del deslinde y cualquier asunto que surja o pueda surgir relacionado a los permisos sobre las obras de construcción por parte del Condominio Sol y Playa, se podrían implementar medidas adicionales u otras distintas para la restauración a largo plazo.”
La Orden de protección de estas especies en peligro de extinción tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre, cuando finaliza la temporada de desovar de careyes y tinglares.