Ante el desconcertante e ineficaz desempeño de Luma ENergy, como compañía foránea, contratada para administrar el sistema de transmisión y distribución eléctrica de Puerto Rico, hacemos un llamado al gobernador Pedro Pierluisi Urrutia a cancelar este contrato. A la vez, le instamos a explorar otras alternativas para resolver el espinoso y trágico problema de las constantes interrupciones del servicio eléctrico. Este servicio es el eje central para el desarrollo sostenible de nuestra economía y el bienestar de la familia puertorriqueña.
La desacertada administración del sistema de transmisión y distribución de energía eléctrica y el manejo indolente de los reclamos y necesidades del pueblo, por parte de la gerencia de Luma, han provocado el rechazo mayoritario del pueblo.
Desde la óptica de la fe, creemos que las crisis son siempre grandes oportunidades. El mejor camino para resolver los problemas que enfrentamos como país, tiene que salir del seno de nuestro propio pueblo, de nuestro propio esfuerzo. Han existido propuestas para mejorar el servicio eléctrico desde los pasados años. No se trata de regresar atrás y continuar ofreciendo un servicio ineficiente, ausente de un mantenimiento adecuado.
Todo lo contrario, es construir una «Compañía de Energía» para el siglo XXI, que su prioridad principal sea el aspecto social del servicio.
Como personas de fe, y fundamentados en nuestra experiencia histórica de llevar este servicio esencial hasta los lugares más recónditos de la isla, nos resistimos a creer que en
Puerto Rico no exista el personal competente capaz de administrar, con eficiencia e integridad, nuestra principal corporación pública (AEE). Sin temor a equivocarnos, afirmamos que Puerto Rico cuenta con el personal preparado para superar esta encrucijada histórica en la que se encuentra la industria eléctrica.
Consideramos que existen las condiciones óptimas para unir voluntades, entre distintos sectores sociales (académicos, trabajadores, empresarios probos y cooperativistas, entre
otros), que administren responsablemente, fuera del partidismo político, nuestra industria eléctrica. Se requiere de hombres y mujeres, con compromiso y determinación, que den un paso al frente, que creen y organicen un equipo con las más altas cualificaciones, para administrar esta corporación, por nosotros mismos (los puertorriqueños/as) y para el bien del país.
Invitamos a nuestro pueblo a elevar una oración al cielo para unir nuestras manos y construir juntos, un servicio eléctrico confiable y resiliente. Que el diálogo transparente y la justicia social sean los ingredientes esenciales en nuestras relaciones humanas y comunitarias.