Cámara de Representantes y el Senado aprueban designar PR-863 con nombre de José ‘Manrique’ Rivera uno de los gestores del maratón 10k Ambraham Rosa

 

(San Juan, Puerto Rico)-El representante Pedro Julio ‘Pelle’ Santiago informó que el Senado aprobó la Resolución Conjunta de la Cámara 34 la cual designa la carretera estatal PR-863, ubicada en el Municipio de Toa Baja, con el nombre de José ‘Manrique’ Rivera Torres en reconocimiento a su enorme aportación comunitaria, educativa y recreativa, siendo uno de los gestores del ahora mundialmente famoso Maratón Abraham Rosa 10K.

“Agradecemos al Presidente de la Cámara de Representantes, Carlos ‘Johnny’ Méndez, así como al del Senado, Thomas Rivera Schatz, por hacer que la primera medida que vaya a Fortaleza para su evaluación sea ésta. El nombre de José ‘Manrique’ Rivera Torres es sinónimo de Toa Baja, su enorme contribución a tantas facetas de la vida de nuestra gente es parte del Pueblo. Esta distinción es más que merecida”, señala el Representante por el Distrito #10 de Toa Baja y Cataño.

Rivera Torres nació el 13 de octubre de 1945, fue hijo de Juan Bautista Rivera y Perpetua Torres. Desde muy joven demostró un profundo sentido de responsabilidad hacia su familia y comunidad, cualidades que lo acompañarían durante toda su vida. A los cuatro años, su familia se estableció en el sector Capitán del Barrio Pájaros de Toa Baja, donde sus aportaciones dejarían una huella indeleble.

Su visión dio origen a campamentos de verano que se convirtieron en plataformas para el aprendizaje, la recreación y el desarrollo de habilidades de liderazgo entre los jóvenes del Barrio Pájaros. Fue miembro activo de la Iglesia Cristiana Discípulos de Cristo en Pájaros-Candelaria y desempeñó un papel fundamental en la organización del emblemático Maratón Abraham Rosa 10K, donde lideró actividades como el tradicional Recorrido de la Antorcha fomentando la participación comunitaria y el sentido de pertenencia.

Su vida estuvo profundamente marcada por su amor y dedicación a su familia. Manrique compartió su vida con su esposa, Minerva Morales Hernández, con quien formó un hogar lleno de valores y amor junto a sus hijos José Manrique, Ranerlee, Rionalee (gemelos) y José Efraín. Su legado también incluye el cariño y ejemplo que dejó a sus cuatro nietos, quienes han heredado el orgullo por las contribuciones de su abuelo.

En los últimos años de su vida, Manrique se capacitó como Capellán, reafirmando su vocación de servir a quienes enfrentaban momentos de dificultad y necesidad. Su compromiso con el servicio comunitario y espiritual se manifestó en cada aspecto de su vida, dejando un legado de amor al prójimo y dedicación a causas nobles.

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