Cámara de Representantes celebra los 70 años de la Constitución del ELA

Por su parte, durante el mensaje del Presidente del Senado, José Luis Dalmau con motivo del 70 Aniversario de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico La Constitución del Estado Libre Asociado dijo que  honraban, nace como producto de un consenso forjado con grandes sacrificios y con profundo compromiso.

Liderado por una generación de hombres y mujeres ilustres, que pusieron al país por encima de sus diferencias, la Constitución que hoy enaltecemos, es el fruto de ese esfuerzo.

Esa Carta Magna, representa un elocuente ejemplo de esa obra creadora, que nutre nuestra historia y el entendimiento de la realidad de nuestra gente.

Fue esa Constitución -la del Estado Libre Asociado- la que estableció una nueva relación democrática entre dos pueblos: el de Puerto Rico y el de los Estados Unidos de América.

Una relación, basada en una asociación única,que, por un lado, nos vincula con nuestros hermanos del norte a través de la común ciudadanía, pero a la misma vez, que reconoce el espacio que nos corresponde, cuando reafirmamos con orgullo nuestra identidad cultural.

Es un modelo de gobierno, que enaltece el poder del voto como instrumento supremo de quien puede y debe elegir su gobierno propio. Es la máxima expresión de la delegación expresa de poderes, fundamento inequívoco de cualquier sociedad que se organiza bajo un sistema de libertades, de ley y orden.

Es nuestra Constitución, motivo de orgullo para todos; porque a través de sus disposiciones, nos cobija y protege, fortaleciendo los cimientos de una sociedad pluralista que vive su presente y anhela su futuro.

Es una Constitución de avanzada, que se adelantó a sus tiempos; que procura el progreso colectivo; que permite promover consensos y que ve en su agenda unitaria, el camino de rigor para lograr los grandes cambios que el pueblo reclama.

 

Es un modelo de gobierno que se hizo para buscar el progreso de todos y no el de unos pocos; es el derrotero de una sociedad, que promueve el valor del ser humano, no por las riquezas que acumule, sino por el ejemplo de sus acciones.

Es el marco necesario de un pueblo vivo que marcha sin cesar y cuyas metas, procuran fomentar la fe en las instituciones, el respeto a la discrepancia, la confianza en nuestros jóvenes y el entendimiento de que no es compatible aspirar a la democracia perfecta, si existe el discrimen, la pobreza y la desigualdad.

Pero cuando hablamos del presente, siempre tenemos que repasar el pasado. Y es aquí en donde resulta oportuno recordar la vida de Luis Muñoz Marín.

Líder irrepetible, quien consolidó un poder hegemónico de tal grado, que muchos pensaron que, al momento de aprobarse nuestra Constitución, Muñoz lo haría sin pedirle consenso a las minorías, porque contaba con los votos para así hacerlo.

Pero el inmenso respeto que Muñoz sentía por su pueblo, hacía imposible que sus acciones, se apartaran de los principios básicos de lademocracia que juró defender.

Es el valor de la palabra, de quien siempre entendió – y debemos todos emular – que, en la política, no existen enemigos, sino solo adversarios; compatriotas de pensamientosdistintos a quienes siempre se les extiende la mano.

Los que afirman la inclusión sobre la exclusión y la unidad sobre la división – son lo que hacen grande a la democracia.

Por eso hoy, existe una ley de minorías en nuestro ordenamiento constitucional que garantiza la participación legislativa de todos los sectores; por eso hoy, existe una Carta de Derechos con mayores protecciones individuales que las de nuestros conciudadanos del norte; por eso hoy, existe un sistema de gobierno de tres ramas constitucionales – de igual jerarquía – que protegen al ciudadano en un sistema de orden social.

Pero esa gesta que hoy conmemoramos, no es obra de una sola persona, ni de un solo partido ni de una sola ideología. Es el resultado de la integración de mentes con ideales diversos, pero unidos en causas comunes para beneficio del pueblo.

En el texto de esa Constitución, se consagran los derechos y las aspiraciones de una relación permanente y de ciudadanía con los Estados Unidos, como reclamó la delegación estadistaen la Convención Constituyente.

En esa Constitución, se reconocen los derechos de los trabajadores y la defensa de nuestra cultura, como insertaron en su texto, los delegados socialistas.

Y, en esa Constitución, se consignan las aspiraciones de todo un pueblo que anhela un gobierno honesto y respetuoso de su diversidad,como plasmaron en sus escritos los delegados autonomistas en la Asamblea Constituyente.

Es ahí – en ese ejemplo de unidad – donde toman sentido las palabras de Luis Muñoz Maríncuando afirmó que las buenas ideas no tienen colores. Nos enseñó, además, que la discrepancia de pensamientos, no es sinónimo de división, sino de pluralidad de ideas; porque al final del camino, todos queremos lo mejor para Puerto Rico, aunque desde perspectivasdiferentes.

Por eso, cuando pensamos en las figuras de la talla del autonomista Luis Muñoz Marín; del estadista Miguel Ángel García Méndez y del socialista Lino Padrón Rivera, solo podemos concluir que esa generación de puertorriqueños demostró con sus acciones, que el éxito de un pueblo, es la suma de la unidad de propósitos.

Y así debe serlo, porque nadie tiene el monopolio de la verdad. Por eso, cuando nos preguntan cuál es la lección principal de nuestros constituyentes, la respuesta sobresale de inmediato: la gran lección fue demostrar que, para adelantar las grandes causas, hay que integrar a todos los sectores.

Compatriotas, la Constitución del Estado Libre Asociado es la conquista colectiva mas importante de nuestro pueblo. Por ello, nuestro deber es protegerla; entendiendo que es el símbolo que nos une bajo un solo propósito que es el progreso de Puerto Rico.

Por eso, cuando Luis Muñoz Marín izó nuestra bandera al mismo nivel que la de los Estados Unidos de América, no solo elevaba la dignidad del pueblo ante su historia, sino que nos convocaba camino al futuro, para que actuemoscon igual desprendimiento, y con igual sentido patriótico de buscar las causas que nos unen y no las que nos separan. Es nuestro deber así hacerlo.

Mensaje del Presidente de la AAPR

Antes de unirme al saludo protocolar, quiero saludar a toda mi gente buena de los 78 municipios de Puerto Rico. No importa en que pueblo vivamos en esta tierra bendita, nos unen las mismas luchas y las mismas esperanzas. Hoy, al igual que ayer, en cualquiera de los cuatro puntos cardinales de nuestra Patria: desde la costa hasta la montaña, desde las ciudades hasta los barrios, desde las urbanizaciones a los residenciales públicos, se escucha el mismo “Lamento Borincano” que inmortalizó nuestro Rafael Hernández en el 1929. ¿Qué será de Borinquén mi Dios querido? ¿Qué será de mis hijos y de mi hogar?

ANTES: con la creación del Estado Libre Asociado, Puerto Rico se convirtió en uno de los países más prósperos de America, y con un plan de desarrollo económico copiado por muchos. AHORA: SOMOS el lugar con mayor brecha de desigualdad económica de toda América. ¿Qué nos pasó, por qué ahora tenemos dos diferentes tipos de Puerto Rico? Uno para los que tienen todos los recursos (y se les sigue dando más) y otros que cada día tenemos que hacer más con menos.

¿Dónde quedó la defensa de nuestro sistema de desarrollo económico industrial, basado en los beneficios del ELA, y el mantener a las mejores mentes puertorriqueñas trabajando en nuestra patria?

¿Dónde quedó la defensa de uno de los mejores sistemas educativos, que garantizaba enseñanza gratuita hasta el nivel universitario?

¿Dónde quedó la defensa de un sistema de salud de primera, como lo fue el reconocido y efectivo Sistema Arbona?

¿Dónde quedó la defensa de un sistema energético publico, que comenzó siendo ejemplo de avanzada al usar fuentes renovables como las hidroeléctricas?

Como abogado de profesión, comprendí desde el inicio de mis estudios doctorales, que la gesta de Don Luis Munoz Marin, junto a 91 puertorriqueños en la Asamblea Constituyente tuvo éxito porque fue inclusiva, democrática y de avanzada. Allí se incluyeron lideres de todos los partidos políticos de aquel tiempo. Que quede bien claro: en la redacción del Estado Libre Asociado participaron todas las ideologías (especialmente los estadistas) y para crearlo votó el Pueblo de Puerto Rico, con un 82% de aprobación. Nuestra Constitución desde la óptica jurídica contiene la carta de derechos más abarcadora de toda América.

La hoja de ruta del éxito fue marcada por los líderes que crearon en el 1952 el Estado Libre Asociado. Esa generación, la del 52, descargó su responsabilidad. Ahora en el 2022 nos toca a nosotros descargar la nuestra.

Para solucionar un problema hay que enfrentarlo con la verdad, sin temor y con el compromiso ineludible de poner a nuestro pueblo por encima de todo.  Comencemos pues a enfrentar nuestra realidad: el Puerto Rico del 1952 y el Puerto Rico del 2022 desgraciadamente tienen muchas cosas en común. En el pasado nos movimos en la dirección correcta; pero ese movimiento hacia adelante se detuvo; y si vamos a ser honestos tenemos que admitir que hemos incluso retrocedido.

• Hoy el crédito en la Universidad de Puerto Rico, es casi tres veces más caro y continúa viva la amenaza de cerrar Recintos, arrebatándole a nuestra juventud la oportunidad de un futuro mejor.

• Hoy pagamos el agua y los peajes más caros y la vida se encarece para nosotros; pero no es lo mismo para los beneficiarios de la ley 22. Hoy también pagamos la luz 7 veces más cara, siete veces más cara y sabes que nuestro sistema energético no sirve.

• Hoy no existe ningún plan de desarrollo económico de País y la brecha de desigualdad social y económica cada día es mayor. Hoy nuestra autonomía de gobierno se cuestiona ante una Junta de Control Fiscal que esta por la libre.

•Hoy se anuncian las asignaciones de fondos federales más grandes en la historia, todo bajo el Estado Libre Asociado, pero la gente no ve materializados dichos anuncios en obra.

Tenemos los recursos para un Puerto Rico de primera, pero en cambio vivimos en el lugar con mayor desigualdad social y económica de America.

Hace 70 años, en el momento que se levantó nuestra bandera, en este mismo lugar, esa Constitución que conmemoramos hoy, se convirtió en mucho más que en las aspiraciones de un pueblo hechas palabra.  Nuestra Constitución fue antes, y es ahora, una convocatoria para construir un presente distinto.  Un presente donde nuestra gente tenga las herramientas para echar para adelante a sus familias.

Las cosas tienen que cambiar, y para que eso pase tenemos que ser capaces de unir voluntades y dejar la pelea pequeña a un lado.  El país no necesita dimes y diretes.  El país necesita, exige y merece soluciones a sus problemas.

Hermanos, el tiempo de Dios es perfecto. Hoy les invito a que seamos grandes de nuevo, echemos a un lado nuestras diferencias, pongamos a Puerto Rico primero y construyamos un nuevo instrumento de desarrollo económico y social para el país. Pónganle el nombre que quieran.  Si al igual que yo quieres que Puerto Rico renga más poderes para levantar nuestra economía y si al igual que yo atesoras la unión permanente con los Estados Unidos, pero eres puertorriqueño primero, te convoco a que unamos voluntades y que sea nuestra generación quienes construyamos ¡UN NUEVO PACTO POR PUERTO RICO! Muchas gracias y que Dios bendiga a Puerto Rico.