La temporada de huracanes en el Atlántico de 2024, que finaliza oficialmente el 30 de noviembre, mostró una actividad superior al promedio, con un aumento sin precedentes luego de una pausa en la temporada alta. Asi lo confirmo hoy lunes la NOAA.
La cuenca del Atlántico experimentó 18 tormentas con nombre en 2024 (vientos de 39 mph o más). Once de ellos fueron huracanes (vientos de 74 mph o más) y cinco se intensificaron hasta convertirse en huracanes importantes (vientos de 111 mph o más). Cinco huracanes tocaron tierra en los Estados Unidos continentales, y dos tormentas tocaron tierra como huracanes importantes. La actividad estacional del Atlántico cayó dentro de los rangos previstos para tormentas y huracanes con nombre emitidos por el Centro de Predicción Climática de la NOAA en el Perspectiva de la temporada de huracanes de agosto de 2024. Una temporada promedio produce 14 tormentas con nombre, siete huracanes y tres huracanes importantes.
«A medida que los huracanes y ciclones tropicales continúan desatando fuerzas mortales y destructivas, está claro que las comunidades, los tomadores de decisiones y los planificadores de emergencias necesitan más que nunca la ciencia y los servicios críticos de la NOAA», dijo el administrador de la NOAA, Rick Spinrad, Ph.D. «No podría estar más orgulloso de las contribuciones de nuestros científicos, pronosticadores, topógrafos, pilotos cazadores de huracanes y sus tripulaciones por el papel vital que desempeñan para ayudar a salvaguardar vidas y propiedades».
Doce tormentas con nombre se formaron después del pico climatológico de la temporada a principios de septiembre. Desde el 25 de septiembre se formaron siete huracanes en el Atlántico, la mayor cantidad registrada en este período.
«La impactante y mortal temporada de huracanes de 2024 comenzó intensamente, luego se relajó un poco antes de regresar», dijo Matthew Rosencrans, pronosticador principal de huracanes en el Centro de Predicción Climática de la NOAA, una división del Servicio Meteorológico Nacional de la NOAA. “Varios posibles factores contribuyeron a la pausa de la temporada alta en la región del Atlántico. Los vientos y lluvias particularmente intensos sobre África occidental crearon un ambiente menos hospitalario para el desarrollo de tormentas”.
