“La decisión de la Junta de Supervisión de abandonar la mediación global es extremadamente decepcionante. Alcanzar un acuerdo para poner fin a la quiebra y evitar litigios costosos y prolongados con los principales acreedores de la AEE estaba claramente al alcance, pero en lugar de hacer un trato, la Junta de Supervisión se retiró de la mesa en el último momento.
A los bonistas de la AEE, incluidos miles de retirados de los Estados Unidos continentales y de Puerto Rico, no se les ha pagado nada durante ocho años y no han sido tratados de la mejor forma en todo este proceso. Merecían los mejores esfuerzos de negociación de la Junta de Supervisión y su compromiso con el proceso de mediación.
Un acuerdo consensuado para reestructurar la deuda de la AEE era la mejor solución para todos, especialmente para Puerto Rico. Habría catalizado una inversión del sector privado muy necesaria para reconstruir y modernizar la red eléctrica de Puerto Rico y habría brindado a los residentes de Puerto Rico energía más limpia, confiable y asequible. Ahora, todo esto podría dilatarse durante años debido a la preferencia de la Junta de Supervisión de litigar en lugar de llegar a acuerdos”.