“Es el reflejo trágico del nivel de división y violencia al que ha llegado la sociedad estadounidense en el contexto moral, político, social y económico. En estos tiempos la violencia en la política no debe tener espacio. Este incidente debe ser de reflexión a la sociedad estadounidense pero también a los que en Puerto Rico se la pasan alimentando la exclusión, el odio, la marginación y el uso de subterfugios para evitar que el pueblo tenga las opciones necesarias al momento de ejercer su derecho al voto”.